Pero, ¿eso existe? Aunque parezca mentira y te suene demasiado bonito: sí.

Déjame aclarar dos cosas antes de continuar: el marketing tradicional no es malo, pero está obsoleto y responde a viejas creencias como la de crear necesidad para vender y usar un lenguaje completamente patriarcal; y no, vender no es malo, vender es genial, la cuestión es ¿para qué?

Existen muchas emprendedoras con sus propios proyectos, mucho esfuerzo y mucha ilusión, compitiendo en un mercado que no se parece en nada al anterior.

En estos últimos 5 años he sido community manager, copywriter creativa, social media manager y creadora de contenido para más de 25 marcas. He creado el universo fotográfico para más de 50 proyectos y emprendimientos y en el último año, mentorizado a mujeres que pasaban de una idea fugaz a un emprendimiento estructurado o de un bloqueo en su negocio a un nuevo lugar con objetivos, dirección, foco y mucho placer.

En esos años aprendí mucho y aprendí lo que sí y lo que no.

Que tener muchos seguidores no quiere decir tener una comunidad que responda a lo que les compartes.

Que no todo lo que deseas ofrecer es rentable economica o energéticamente.

Que tener claras tus condiciones y saber poner límites es vital para no salirse de la pista.

Que aprender a manejar tus redes es importante no solo para tu negocio sino para no perder el tiempo (y no, no todo es Instagram).

Que el lenguaje lo es todo y que cuánto antes aprendas a comunicar tu negocio desde el para qué, mejor.

Que las fórmulas mágicas no existen y los resultados de un día para otro son cosa de las películas.

Que lo de emprender slow funciona si tienes tiempo, dinero o energía. O las tres. Lo que sí existe es emprender de forma compasiva.

Que tu sistema de creencias y tu sistema nervioso tienen mucho más que ver en tu emprendimiento de lo que crees.

Que sin estrategia y sin objetivos las ideas son preciosas pero se quedan en nada.

Que un lanzamiento no es lo mismo que una acción y que el hacer por hacer es despilfarrar energía y recursos.

Y en todo este camino he seguido aprendiendo. Formándome en copywriter creativa, como coach de creativas y coach en fortalezas internas. He seguido de cerca las novedades de marketing, aprendido sobre productividad cíclica y hábitos compasivos con el sistema nervioso y sin dejar de poner el ojo en las nuevas estrategias y formas de venta. Comunicar me encanta y esta es una de mis disciplinas.

La comunicación tiene muchas formas y en todas ellas encuentro la forma de acompañarte.

Ahora acompaño emprendimientos a través de El Ovillo y Por puro Tragozo. Genero estrategias, superviso equipos de comunicación y soy Project Manager de marcas que me prenden una llama dentro de mí. Llevo en las palabras los textos de tu web para que enmarquen tu esencia y a la fotografía la identidad de tu proyecto porque sí, a veces una fotografía vale más que mil palabras.

¿Todo esto? Sí, todo esto.

Veamos juntas qué podemos hacer por tu marca

Puedes reservar nuestro encuentro y así explicarme cuáles son tus necesidades y las de tu marca y encontrar entre ambas el match perfecto para ti.